Por Luis Martínez Alcántara
El asteroide 2024 YR4, descubierto en diciembre de 2024, inicialmente generó preocupación debido a una probabilidad del 3.1% de colisionar con la Tierra el 22 de diciembre de 2032.
Sin embargo, observaciones recientes realizadas con el Telescopio Espacial James Webb permitieron recalcular su trayectoria, reduciendo prácticamente a cero la posibilidad de un impacto terrestre. No obstante, estos nuevos datos indican que existe una probabilidad del 3.8% de que 2024 YR4 colisione con la Luna en la misma fecha.
El asteroide tiene un diámetro estimado de entre 53 y 67 metros, comparable a un edificio de 10 pisos. Si llegara a impactar la Luna, se estima que podría crear un cráter de entre 500 y 2,000 metros de diámetro, liberando una energía equivalente a aproximadamente 5.2 megatoneladas de TNT.
Este evento no representaría ningún peligro para la Tierra ni alteraría la órbita lunar, pero brindaría una oportunidad única para estudiar en tiempo real la formación de cráteres en la superficie lunar.
Observaciones adicionales están programadas para mayo de 2025 con el objetivo de refinar aún más la trayectoria del asteroide y determinar con mayor precisión las probabilidades de impacto lunar. Estas observaciones permitirán a los astrónomos prepararse para posibles estudios detallados en caso de que el asteroide efectivamente colisione con la Luna en 2032.
La NASA y otras agencias espaciales continúan monitoreando de cerca la trayectoria de 2024 YR4 y de otros objetos cercanos a la Tierra para garantizar la seguridad planetaria. La detección y seguimiento tempranos de estos cuerpos celestes son fundamentales para evaluar y mitigar posibles riesgos en el futuro.
El asteroide 2024 YR4 ya no representa una amenaza para la Tierra, pero ha surgido una pequeña posibilidad de que impacte la Luna en 2032. Este escenario ofrece una oportunidad sin precedentes para la ciencia, permitiendo a los astrónomos observar directamente las consecuencias de un impacto en la superficie lunar y profundizar en el conocimiento de los procesos que dan forma a los cuerpos celestes en nuestro sistema solar.