Por Luis Martínez Alcántara
La relación entre Checo Pérez y el equipo Red Bull llegó a su fin, marcando el cierre de un capítulo significativo en la carrera del piloto mexicano.
A través de un comunicado en sus redes sociales, Checo anunció oficialmente su salida del equipo, que se formalizó tras el Gran Premio de Abu Dhabi, la última carrera de la temporada 2024. En su mensaje, expresó su gratitud por los cuatro años que compartió con Red Bull, resaltando los logros alcanzados juntos, como múltiples victorias y podios que contribuyeron a la era más exitosa del equipo en la Fórmula 1.
El anuncio de la separación no fue sorpresivo, ya que los rumores sobre su futuro habían estado circulando durante semanas. A pesar de haber firmado una extensión de contrato por dos años en mayo de 2024, el rendimiento inconsistente de Pérez durante la temporada llevó a Red Bull a reconsiderar su posición.
En este contexto, se mencionó que el piloto neozelandés Liam Lawson sería su reemplazo para la próxima temporada. La decisión final se tomó después de una temporada complicada para Checo, quien terminó en la octava posición del campeonato de pilotos, un resultado muy por debajo de las expectativas.
En su carta de despedida, Pérez no ofreció detalles sobre las circunstancias exactas que llevaron a la ruptura, lo que dejó muchas preguntas sin respuesta.
Uno de los aspectos más controvertidos de esta separación fue la percepción de que Red Bull saboteó intencionadamente a Pérez durante las competencias. A lo largo del año, se reportaron incidentes donde el equipo parecía favorecer a su compañero Max Verstappen, lo que generó críticas hacia la gestión interna del equipo.
Checo enfrentó dificultades técnicas y decisiones estratégicas que perjudicaron sus resultados en pista, alimentando así las especulaciones sobre un ambiente hostil hacia él dentro del equipo. Esta situación culminó en una presión mediática creciente que finalmente llevó a Red Bull a tomar la decisión de cortar lazos.
