Por Luis Martínez Alcántara
CIUDAD DE MÉXICO.- La ministra Yasmín Esquivel Mossa ganó el juicio que impide a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) determinar si su tesis de licenciatura fue un plagio. Esta decisión, emitida por el Quinto Tribunal Colegiado Federal en Materia Administrativa, ha generado un intenso debate sobre la ética académica y la autonomía universitaria.
La UNAM, en su comunicado, calificó el fallo como una “interferencia flagrante e inadmisible” en sus procesos internos, lo que ha suscitado críticas tanto dentro como fuera de la institución. Los críticos de Esquivel, incluidos académicos y exalumnos de la UNAM, han señalado que su tesis es una copia sustancial de un trabajo presentado un año antes por Edgar Ulises Báez Gutiérrez.
Guillermo Sheridan, un académico destacado, fue uno de los principales denunciantes del caso, argumentando que el plagio no solo es un acto de deshonestidad académica, sino también un “acto de corrupción” que socava los principios de la Cuarta Transformación promovidos por el actual gobierno. A pesar de las acusaciones y las investigaciones que respaldan estas afirmaciones, Esquivel ha mantenido su inocencia y ha calificado las acusaciones como “totalmente falsas”.
La relación de Yasmín Esquivel con el partido Morena es objeto de escrutinio. Se argumenta que su ascenso en el ámbito judicial está vinculado a su afinidad con el partido en el poder, lo que lleva a algunos a cuestionar si sus decisiones como ministra están influenciadas por esta conexión política. Durante su tiempo en la Suprema Corte, Esquivel ha favorecido decisiones que benefician a Morena y a la agenda de la Cuarta Transformación, lo que genera sospechas sobre la imparcialidad de su desempeño judicial.
La controversia alrededor de su tesis también plantea preguntas sobre la integridad del sistema académico en México. A pesar de las conclusiones de la UNAM que respaldan las acusaciones de plagio, la falta de mecanismos para anular títulos académicos genera preocupación sobre cómo se manejan estos casos en instituciones educativas. La UNAM ha reconocido que no tiene competencias para invalidar el título de Esquivel, lo cual deja una sensación de impunidad en casos tan graves como el alegado plagio.