Por Luis Martínez Alcántara
El Estadio Miguel Alemán Valdés vivió momentos de tensión tras el partido entre Celaya y Jaiba Brava, correspondiente a los cuartos de final del Clausura 2025 de la Liga de Expansión MX.
La eliminación del equipo local provocó disturbios que escalaron cuando un guardia de seguridad apuntó con lo que parecía ser un arma de fuego hacia los aficionados. La imagen rápidamente desató pánico y una invasión masiva al terreno de juego. De inmediato, la situación se volvió viral en redes sociales, generando indignación entre los usuarios.
Según versiones oficiales, el altercado comenzó luego de una confrontación entre el guardia y un periodista que cubría el evento. Al calor de la discusión, el guardia desenfundó el arma ante la multitud, aumentando la tensión.
En respuesta, numerosos aficionados irrumpieron en la cancha, lanzando objetos y enfrentándose al personal de seguridad. Las escenas de violencia se prolongaron durante varios minutos, mientras la seguridad del estadio intentaba contener el caos.
La Liga de Expansión MX emitió un comunicado condenando los hechos de violencia y anunció que la Comisión Disciplinaria investigará el incidente. La Federación Mexicana de Futbol también se sumó a la exigencia de una revisión detallada del operativo de seguridad.
El objetivo es determinar responsabilidades y aplicar las sanciones correspondientes para evitar que este tipo de situaciones se repitan en el futuro cercano. El caso ha puesto en el centro del debate la seguridad en los estadios mexicanos.
Por su parte, la directiva del Club Celaya aseguró que el arma utilizada por el guardia no era de fuego, sino una pistola de hidrogel. El club explicó que este dispositivo es utilizado como medida disuasiva y cuenta con los permisos necesarios. Además, afirmaron que, pese al escándalo, no se registraron heridos graves ni daños significativos dentro del inmueble, tratando de calmar la polémica desatada tras el encuentro.
